Un gol en un clásico puede provocar que un jugador quede en la memoria del hincha por muchos años. Un refuerzo que, tras su llegada, anota varios tantos de forma consecutiva, gana la ovación de su público. Las gambetas generan amor incondicional. Claro que esto no solo se aplica a Temperley, sino al país en general. Futbolistas visten la camiseta de un club algunos años y su buen rendimiento le otorga el reconocimiento eterno. ¿Es merecido? Sí. Sus actuaciones derivan en títulos, ascensos, festejos. Sacan la satisfacción de la platea, el rugido de la popular. Merecen los aplausos. Pero no son los únicos.
Tal vez vos no los conoces. Podes estar sentado en la platea y tener a tu lado a uno de ellos. Los jóvenes que, día a día, viven por y para Temperley. Que sienten los colores, como toda tu familia. Aquellos que desechan el tiempo de ocio para que nuestro club sea más lindo. Más grande. Ellos, que no buscan el agasajo, la palmada en el hombro, ni mucho menos el rédito económico. Quienes se motivan solo por amor al club. Son héroes silencios del Cele: La Subcomisión de Obras.
Actualmente, la componen: Nicolás Cirino, Jorge Palazzo, Hernán Palazzo, Julián Mitchell, Germán Quaglierini, Osvaldo Gómez, Enrique Muzzio, Santiago Belizo, Eduardo Belizo, Lidia Flores, Amadeo Carrizo y Agustín Contreras. Sin embargo, su historia es más amplia. Sus orígenes fueron a fines del 2008, cuando un grupo de socios se acercaron, espontáneamente, a colaborar con el club. Algunos, se conocían de la cancha o simplemente de vista. Muchos otros, ni siquiera eso. Tras una reunión abierta, se conformó la SCO. Comenzaron realizando obras como el camino del fondo del club y la iluminación, la puesta de la tribuna en el Alejandro Metz, aportaron su colaboración para gimnaso que hoy usa el boxeo, entre otras. Pudieron trabajar íntegramente hasta 2010, pero un año más tarde, bajo la presidencia de Mauro Morrone, su aporte fue mínimo, dado que no se les otorgó lugar y desecharon su labor. En 2012, ya con Hernán Lewin como titular del Cele, las puertas del club volvieron a abrirse de par en par. Entre aquellos integrantes y fundadores de la SCO, se encontraban Martín pado, Hernán Bosotina, Diego Maggio, Marcelo Fernández y Matías Mackay, hoy dirigentes de Temperley. Es por eso que se renovaron los apellidos, pero se mantuvo el mismo objetivo: que la SCO trabaje por y para Temperley.
En los últimos 15 meses, sus tareas realizadas hasta el momento son varias. En el quincho de eventos trabajaron en la barra, la pileta con conexión interna, la cocina y lo pintaron. También estuvieron a cargo de la jornada de pintura en las rejas que dividen la pileta. Además, efectuaron obras en la pared existente entre los dos baños frente al mástil. Rodaron, limpiaron y arreglaron el sector de mesas que se ubica detrás de la piscina del club. En abril, refaccionaron las conoletas de desagüe del gimnasio del fondo y le colocaron rejas de hierro. Y, lejos de descansar, todos los sábados se juntan para poner en mejores condiciones el sector de parrillas: las paredes, lumimaria, piso, bancos y mesadas. Todos los miércoles, a las 20 hs, se juntan en el buffet para diagramar el plan de trabajo.
Esos son algunos de los aportes efectuados por la SCO. Yo, previamente a realizarles la entrevista, me preguntaba: ¿No llegará un momento en el que desistan? ¿No los vencerá la fatiga y priorizarán el descansar un sábado a la mañana, luego de la jornada laboral de la semana? Cuando empecé a escuchar a Nicolás Cirino, mis dudas se despojaron totalmente. No sólo por el contenido de sus respuestas, sino por la forma en que las daba: con mucha decisión. Lleno de ganas y determinación. Compenetrado con los proyectos, al máximo. Comprendí que el trabajo del grupo era su pasión. Porque si bien conlleva un inmenso sacrificio e, indefectiblemente, los agota, no lo sienten como tal. Su ganancia es ver la obra finalizada y al socio contento. Esa satisfacción es su ganancia.
“El año pasado fue tiempo de cambio en el club, cuando asumió la nueva Comisión Directiva. Personalmente, me dieron ganas de participar en un grupo de trabajo. Tengo entendido que antes era más complicado, no se hacía casi nada. No había apoyo. Sí por parte de los socios, como ahora y como va a ser siempre”, dijo Cirino, quién integra la SCO hace un año y medio. Y siguió: “Es cierto que a veces cuesta, no es sencillo. Hay que querer mucho al club para dejar cosas de lado y nosotros lo vivimos así. Venimos a laburar en lugar de estar con nuestras respectivas familias o parejas. Pero nuestra meta es ayudar. Hay millones de cosa por hacer. Es un trabajo que no deja rédito económico, pero sí el sentimiento. A mí y a todos, hoy en día, nos tira mucho más lo sentimental que lo monetario. Por suerte, siempre tuvimos el apoyo de la gente y queremos seguir teniéndola”.
Los integrantes de la SCO tienen varias formas para obtener fondos de recaudación que se destinarán a futuras obras, pero siempre dependiendo de tu colaboración. En este momento, venden plateas históricas de dos o tres asientos, pintadas, reforzadas y con placa de bronce, a un costo de 500 o 700 pesos (son las viejas, remodeladas). Además, comercializan las bufandas del Centenario, a 70 pesos (se venden en Celemanía y distintos puntos). También se encargan de los bonos del Centenario, que tienen un valor de 700 o 1000 pesos (en cuotas), en el cual sortearán en Octubre un Clio 0 KM. Dentro de dos meses, saldrán los nuevos calendarios, totalmente renovados y mejorados en cuanto a calidad general (diagramación, impresión, selección de imágenes, etc).
“Yo, cuando se estaba pintando el frente del club, tuve que hace cola para ayudar. Es increíble la difusión y las ganas que hay actualmente. Creo que el club está pasando por una etapa de puertas abiertas, sin ningún impedimento. Así, los hinchas sienten la pertenencia. A nosotros nos une el amor por la institución. No sé si hemos hecho mucho o poco, pero creamos amistad y un objetivo común: dar un grano de arena para que Temperley siga mejorando. Con la ayuda de todos, se puede seguir cambiando”, declaró Jorge Palazzo, quién además de integrar la SCO, estuvo en la comisión de apoyo, es socio vitalicio y asiste al Beranger hace más de 50 años.
Niñez. Adolescencia. Vejez. Una vida junto a Temperley. La SCO trascenderá a los nombres y permanecerá por y para el Cele. Pero lo cierto es que no reconocer a este grupo de jóvenes, sería una completa injusticia. Esperan tu colaboración. Que, en definitiva, no será para ellos, sino para nuestro club.
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INFORME: Mauro Spinassi
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